Fue un sonido. Un estruendo
de furia desatada: Un inmenso
rugido de infortunio lo arrojó
a la arena.
Metálico pugna. Salta.
Se retuerce. Lucha
por deshacer su atadura
inexistente.
...Recuperar su mundo.
Angustiado gesticula.
Balbucea. Sin poder
proferir palabra
proferir palabra
de socorro.
Jadea su boca
respirando
un aire que
no le pertenece.
Deslucida la túnica,
lentejuelas inanes
en un cuerpo
ya vencido.
Un último estertor
apaga su esperanza :
Imposible ya el retorno
a su lugar nativo.
Sorprendido cuerpo de
pez varado.
Boca abierta de
pez muerto.
Un ojo único
mira alucinado,
concéntrico,
vacío,
a un cielo que
no existe.
Tu ojo, la imagen muerta
del asombro
© Juanma López Macías
Marzo 2016